En mi entrada anterior hablé del peligro de seguir dejando nuestro futuro en manos de líderes. Del peligro de desentenderse de la política y confiar ciegamente en élites.
Y parece que no era el único que pensaba así.
Hoy hemos visto como las candidaturas populares, formadas por colectivos y asociaciones han tomado un papel principal en el mapa político de nuestro país.
Con Ada Colau y Carmena como principales, pero no únicos, referentes, vemos a Ganemos, Ahora Madrid, Cádiz si se puede, Marea atlántica en Galicia, etc, España da un primer golpe en la mesa.
Un paso adelante de los ciudadanos, personas no sólo descontentos o enfadadas, sino interesadas y participativas.
El cambio es más importante que los números que arrojan los votos.
El viento de cambio empieza a ser tormenta.
Para algunos el cambio se produce más lento de lo que desearíamos, pero hay que saber verlo con perspectiva.
Hemos sido testigos de la mayor y más cruel campaña mediática de este país en su vida democrática. Una campaña con el miedo como único medio y objetivo. Frases como "si gana Podemos no habrá más elecciones" han sido pronunciadas una y otra vez sin rubor alguno.
Portadas de diarios nacionales con "Eta quiere que gane Podemos" han sido publicadas en un esfuerzo inútil por contener el cambio que se avecinaba.
Y frente a todo eso Ada Colau.
Vivimos aun en un país con altos porcentajes de analfabetismo, con ancianos, que vivieron una desgarradora guerra civil y una no menos desgarradora posguerra, a los que se les ha agitado ese fantasma. Más intento de miedo.
Y frente a todo eso Carmena.
Y la Marea Atlántica, y Cádiz si se puede.
Y muchos más.
Pero este país ya no es ese anciano analfabeto y temeroso.
Este país empieza a ser ese ingeniero, esa ama de casa que tuitea y se informa, ese abuelo que da de comer a su nieto y quiere algo mejor que dejarle.
El camino es largo, y de una dureza que no imaginamos. Vendrán presiones de los grandes lobbys europeos y bancarios. Vendrás más mentiras y calumnias.
Pero, hoy, España, empieza una historia nueva.
Un periodo que no confía en líderes, se llamen González, Rajoy, Aznar.... O Pablo Iglesias.
Un periodo para confiar en tu vecino, en la asociación de tal y cual, en las mareas ciudadanas....
Un tiempo de gente.
Gente que se reúne en plazas, que tuitea, que debate. Gente que ya no sólo mira. Gente que piensa.
Gente que participa.
Y a los que aún no llegaron hay que seducirles, ayudarles y enseñarles.
Hay que quitarles el miedo.
No será fácil y no será rápido pero será.
Y será sin miedo ni derrotados, sin venganzas.
No será con ellos.
Será con nosotros.
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