domingo, 3 de julio de 2016

LA (DES)VERGÜENZA DEL PSOE


Podemos ha sacado un resultado electoral por debajo de lo esperado. No haber movilizado a todo el electorado de las confluencias es una decepción que debe provocar, como ya ha hecho, un periodo de análisis y autocritica.

Creo que debo empezar así, porque yo no soy militante del PSOE, no tengo interés en camuflar una realidad en la que Podemos no ha conseguido todo lo que esperaba.

Ahora bien, dicho esto y asumido el error que tocará enmendar, sí puedo decir con orgullo que Podemos es el único partido que no ha puesto excusas. Su objetivo era gobernar y no se ha conseguido.

Pero, ¿cuál era el objetivo del PSOE? Dijeron que ganar las elecciones, pero vista su desbordante alegría al quedar segundos, queda evidenciado que jamás fue ese el fin.

Da vergüenza ajena (a los del PSOE no les da ni propia) ver al líder de un partido de 137 años de historia celebrar exultante que un partido de dos años de vida no lo haya adelantado.

Da vergüenza ajena (a los que la conocemos, no a los del PSOE) ver como el candidato a presidente (aquí es cuando los reímos), ríe sin tapujos sabiendo que le separan 50 escaños del partido más corrupto de la historia española. Cincuenta se dice pronto, pero cuenten uno a uno y verán que se tarda.

Da vergüenza ajena (en realidad da risa) ver a Susana Diaz hablando de Podemos cuando ella ha perdido en Andalucía. No ha sido capaz ni de ganar en su propio cortijo donde dispone de Televisión a medida y redes clientelares. Ni con eso Susana Diaz ha sido capaz de ganar en una tierra profundamente de izquierdas (se supone). Y ahí la vemos, dicharachera ella porque Podemos no la ha sorpasado.

Da vergüenza ajena (y asco, mucho asco) ver como en el PSOE no se hace la más mínima autocritica de un pacto con quien ahora pactará con el PP. ¿Ha cambiado Ciudadanos? Por supuesto que no. Ciudadanos siempre abogó por un pacto en el que estuviera el PP.
Cambiaron ustedes, los sociolistos.

Da vergüenza ajena (salvo a aquellos fanáticos que les importa su partido más que España) ver como se abrazan los socialistas responsables de haber obtenido, por segunda vez consecutiva, los peores resultados de su historia. No parecen haberse enterado aún de que han vuelto a perder escaños. SíSí, otra vez, y no sésé cuantas van.

Da vergüenza ajena (a los verdaderos socialistas) la perspectiva de que Rajoy gobierne con una abstención del PSOE. Gente de izquierda de verdad no puede en absoluto esbozar una sonrisa cuando sabe que la derecha de los recortes gobernará este país con el consentimiento del que fue su partido. Porque esos socialistas de verdad miran con miedo a la derecha, incluida la de Ciudadanos, no a un Podemos que durante toda la campaña les ofreció un frente contra esa misma derecha cruel.

Y por último, da vergüenza ajena haber visto una campaña electoral donde el PSOE, supuesto partido de izquierdas (no se rían) no ha dedicado sus esfuerzos a luchar contra la derecha, sino a insultar a muchos de sus ex votantes que ahora optan por Podemos tras sentirse huérfanos de socialismo que los defendiera.
¿Cuan ruin puede ser un partido cuando para mantener sus privilegios es capaz de atacar a aquellas personas que durante años les entregaron sus votos con ilusión?
Ni lealtad se les vislumbra.

Pero nunca se trató de ganar. Nunca se trató de gobernar un país para aliviar a los ciudadanos de las políticas de una derecha corrupta. Siempre se trató de evitar que Podemos llegara al poder para que no perdieran sus cómodos asientos en los consejos de administración de grandes empresas, ni sus chanchullos en los cursos de formación.

Nunca importó el sufrimiento de otros si con ello los señores socialistas seguían en sus cargos.

Nunca les importó ganar un país, solo les importó no perder sus privilegios.

Enhorabuena, lo han conseguido.

De momento.