martes, 18 de octubre de 2016

UN SEVILLANO EN CATALUNYA


De Sevilla a Barcelona hay unos mil kilómetros, arriba o abajo, apenas hora y cuarto de vuelo o 5 horas de AVE.

Parece poca distancia para que en el camino se distorsione tanto la realidad sobre lo que en Catalunya ocurre. Pero claro si uno sale de Sevilla en dirección Lleida ha de pasar antes por Susana Diaz y sus constantes ataques a aquella tierra que acoge a tantas familias de raíces andaluzas. Y claro antes de salir de Andalucía ya nos hemos creído que a los hijos de andaluces allí se nos insulta y se nos desprecia. Y por si no somos del bando de Susana, antes de irnos, personajillos como Álvaro Ojeda nos dejan para el viaje algún video de esos pseudo graciosos contándonos lo peor de los catalanes. Eso sí, nos lo cuenta enseñándonos lo peor de los andaluces, que de eso Ojeda hace gala y popularidad.

Luego pasamos por Madrid y nos regalan (porque pagar va a ser que no) La Razón o la cosa esa que publica Eduardo Inda. Vamos por la mitad del viaje y nos cuentan que como Mas y Pujol son presuntos (ejem ejem) corruptos, pues el sentimiento independista está manchado de corrupción, cosa tan absurda como pensar que cada Madrileño que se sienta respetablemente orgulloso de ser español, está igual de manchado de corrupción como el madrileño Granados. Digámoslo claro, ¡qué estupidez!.

Seguimos nuestro viaje que se acerca a su final cuando nos encontramos con Albert Rivera, que habla con la autoridad de ser catalán. Un catalán, eso sí, que se vino a hacer política a Madrid porque los catalanes no le han dado ni una alcaldía. Bueno y porque había que frenar a Podemos, eso ya lo sabemos.

El autorizado catalán Albert Rivera nos cuenta una historia de opresión a los españoles que se sienten como tal en Catalunya. Nos vende un relato donde a los que se sienten españoles allí se les acosa, agrede y se les niega su lícito idioma.

Así que llego asustado a Barcelona, pues no sé hablar catalán y me siento español (ojo, no he dicho orgulloso español ¿orgulloso de qué?).

¿Y sabéis ese catalán maleducado que se niega a hablarme en castellano? Pues no lo encuentro, y mira que lo busco, aunque sea para hacerme una foto con él. Nada, ni rastro.
La gente me saluda, algunos, en catalán, y en cuanto descubren mi indisimulable acento andaluz me responden en castellano. Eso sí, muchos al despedirse me dicen "deu". Qué mala gente, seguro que lo hacen por joder, no como cuando yo me despido de mis amigos con un "ciao". Yo lo hago con cariño.

Como van pasando los días, y no me han agredido ni nada (he tenido suerte señor Rivera) me envalentono y le pregunto a un independista el motivo por el que no reclaman la independencia por vías legales, modificando la Constitución, esa sagrada Constitución que hay que obedecer siempre (salvo alguna cosa como el derecho a vivienda o trabajo digno). Y el independentista, sin sacudirme ningún sopapo ni nada (qué raro) me contesta:
"¿Cómo cambiar la Constitución o buscar una fórmula legal si los partidos estatales, salvo Podemos, bloquean cualquier iniciativa legal? ¿Cómo hacerlo si aunque todos y cada de los catalanes votaran al mismo partido no tendrían mayoría suficiente en el congreso para hacerlo?"

Ostia tú (que catalán ha sonado eso, se me va a pegar el acento de aquí) me ha dado un argumento. Que podré compartirlo o no, pero no me ha dicho que odian España ni cosas de esas que me contaban durante el viaje.

Como seguro que están fingiendo y que en el fondo me odian, voy a provocarlos y les digo que soy del Real Madrid (voy a saco).... Y me contestan que entonces me sentiré acompañado por allí, pues es la Comunidad Autónoma con más peñas del Real.

Pasan los días y escucho a más indepes poner a caer de un burro a los corruptos de aquí y de allí. Sí sí a Pujol y Mas también, pero con una diferencia, ya que hablamos de corrupción, y es que en Catalunya en las elecciones del 26J el partido que más votos sacó fue En Comú Podem.
¡La leche! ¿En Catalunya no ganó las elecciones un partido imputado como en España? ¿Pero estos catalanes no eran unos corruptos como Pujol?

Empiezo a pensar que me he equivocado de Comunidad. He debido bajarme en otra parada porque esta no se parece a la Catalunya que me contaban allí en mi sevillana tierra. Me viene a la mente cuando hace unos días, asqueado por los continuos casos de corrupción, publiqué un tuit diciendo que si Catalunya se independizaba me iría allí a vivir. Recuerdo las decenas de contestaciones de catalanes que me abrían sus brazos con cariño y hospitalidad.

Me quedan menos días en esta tierra, y no se crean, también me han contado los indepes muchas cosas que allí funcionan mal, y se lo crean o no, no le echan la culpa de todas al estado español. Más bien son bastante duros con ellos mismos y los recortes por ejemplo que allí se han aplicado.

Y al final la gran pregunta, la gran cuestión, ¿romper España no es también asunto de los demás españoles? Pero eh, es una pregunta trampa, porque NINGÚN partido, repito NINGUNO, ha planteado siquiera la idea de la posibilidad de cambiar la Constitución para que incluya el derecho a decidir. NINGÚN partido ha planteado la posibilidad que todos los españoles voten a favor o en contra del derecho a decidir. Como digo es una pregunta trampa, una quimera, un, seamos claros, argumento de tuitero cuñado.

Esos partidos patriotas de pulsera e himno no les preocupa solo que los catalanes decidan. Les preocupa que decidamos todos, ellos y nosotros. Les preocupa, en definitiva, la democracia.

Se acaba mi visita al mordor catalán y conquistado por aquella tierra se me ocurren muchos motivos para, como español, no querer que se vayan.

Lo que no se me ocurren tantos, son motivos para que los catalanes quieran quedarse.

Salvo, si cuenta, mi apoyo y cariño.

domingo, 9 de octubre de 2016

SI YO FUERA DEL PSOE

Si yo fuera del PSOE no sería socialista. Es de perogrullo y basta la Real Academia de la Lengua Española para explicarnos la abismal diferencia entre socialismo y PSOE.

Pero hagamos un ejercicio de imaginación. Imaginemos que soy del PSOE. Militante para más señas, si vamos a contar una historia que sea con sus detalles y su todo. 

Si yo fuera del PSOE, decía, estaría indudablemente preocupado por los nefastos resultados que mi partido lleva sacando elección tras elección en los últimos años. Pero si fuera del PSOE aun recordaría a los dirigentes del partido sonriendo cuál anuncio de Colgate en la valoración de los resultados del 26J.  Esos 85 diputados que ahora esgrimen los llamados "golpistas" como una catástrofe, fueron ampliamente festejados en su día por haber supuesto el No Sorpasso de Podemos.

Pareciera que lo que entonces era un triunfo ahora es un descalabro.

O mentian antes o lo hacen ahora. 

Y allí lanzaron aquella campaña del NO es NO. Allí fueron esos militantes a "partirse la cara" con cualquier podemita demagogo que osara insinuar que "su" PSOE iba a hacer presidente a Rajoy. ¡Qué locura!

Un pequeño ejemplo, la dueña de la tienda donde compro habitualmente me ha firmado un papel donde me invita a una cerveza si el PSOE se abstenía. Bueno, eso que me llevo. 

No es no, decían. No es no, repetían. 

Así que si yo fuera del PSOE estaría disgustado por los resultados electorales pero satisfecho por la coherencia de mi partido. 

Y de repente un rumor que llegaba del sur. ¡Ay mi sur! 

Pero seguíamos en el No es No. El PSOE jamás permitiría gobernar a la derecha. Jamás. 

Bueno, salvo ese pacto con Ciudadanos. Cosillas. 
Ese pacto con Ciudadanos que también había empezado.... En el sur. ¡Ay mi sur! 

Y de repente, Booom. Mi PSOE ya no era mi PSOE. Mi Secretario General al que yo voté era apartado de forma abrupta por una élite de barones amparados y azuzados por el emperador Felipe González. 

Como buen militante, me pego al televisor para informarme de lo que ocurre y veo desfilar a periodistas pidiendo la cabeza de Sánchez. Periodistas muy socialistas como Francisco Marhuenda, como Isabel Durán, ¿Inda?, he dicho periodistas. 
Ahora toda la derecha mediática de este país se decía preocupada por el pobre PSOE. Toda esa maquinaria que ataca y ataca al PSOE día sí y día también, ahora se preocupaban por el PSOE y pedían la dimisión de Sánchez. 

Y yo, que soy muy cortito, pienso que si los de derecha no quieren a Sánchez.... Yo tengo que quererlo. 

Me voy a Ferraz, pancarta en mano y veo llegar a un militante de Alianza Popular, ah no, disculpen es Guillermo Fernández Vara, un gran sociali.. (se pilla la ironía ¿no?) y grito, y le increpo, y le pido que respete la voz de la militancia. 

Y de golpe ya no soy socialista, porque lo dice Antonio Miguel Carmona. Nos dice que los que gritemos e insultemos a compañeros no somos socialistas.
Señor Carmona, le estoy gritando a un ex militante de Alianza Popular ¿qué compañero ni ocho cuartos? 

Pues nada, golpe consumado, el candidato que yo voté, dimite. 

Y a mí nadie me ha preguntado si quiero que dimita, ni a quien quiero para sustituirlo. 

Y dicen que se abstendrán con Rajoy, pero yo, que como dije, soy cortito, le digo a una señora que me pregunta que eso antes lo consultarán. Que si nos consultaron el pacto con Ciudadanos, esto también lo harán. 

Hasta que... 


El PSOE ya no es mío.
El PSOE ya no es nuestro.

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Tranquilos, esto solo era un ejercicio de imaginación. Yo no soy del PSOE. Porque los que lo son, no pueden sentirse engañados ahora. No, cuando su partido pactó con la derecha de Ciudadanos dos veces, en Andalucía y en España. No, cuando Felipe González sigue siendo voz autorizada, ni cuando cambiaron la Constitución para pagar a Alemania la deuda con billetes de lágrimas de desahuciados españoles. 


Por eso no soy del PSOE, y si alguna vez lo hubiera sido, hace tres vidas que habría salido corriendo. 

Pero si soy del sur. El sur de Felipe González y Susana Diaz. 

¡Ay mi sur!