domingo, 9 de octubre de 2016

SI YO FUERA DEL PSOE

Si yo fuera del PSOE no sería socialista. Es de perogrullo y basta la Real Academia de la Lengua Española para explicarnos la abismal diferencia entre socialismo y PSOE.

Pero hagamos un ejercicio de imaginación. Imaginemos que soy del PSOE. Militante para más señas, si vamos a contar una historia que sea con sus detalles y su todo. 

Si yo fuera del PSOE, decía, estaría indudablemente preocupado por los nefastos resultados que mi partido lleva sacando elección tras elección en los últimos años. Pero si fuera del PSOE aun recordaría a los dirigentes del partido sonriendo cuál anuncio de Colgate en la valoración de los resultados del 26J.  Esos 85 diputados que ahora esgrimen los llamados "golpistas" como una catástrofe, fueron ampliamente festejados en su día por haber supuesto el No Sorpasso de Podemos.

Pareciera que lo que entonces era un triunfo ahora es un descalabro.

O mentian antes o lo hacen ahora. 

Y allí lanzaron aquella campaña del NO es NO. Allí fueron esos militantes a "partirse la cara" con cualquier podemita demagogo que osara insinuar que "su" PSOE iba a hacer presidente a Rajoy. ¡Qué locura!

Un pequeño ejemplo, la dueña de la tienda donde compro habitualmente me ha firmado un papel donde me invita a una cerveza si el PSOE se abstenía. Bueno, eso que me llevo. 

No es no, decían. No es no, repetían. 

Así que si yo fuera del PSOE estaría disgustado por los resultados electorales pero satisfecho por la coherencia de mi partido. 

Y de repente un rumor que llegaba del sur. ¡Ay mi sur! 

Pero seguíamos en el No es No. El PSOE jamás permitiría gobernar a la derecha. Jamás. 

Bueno, salvo ese pacto con Ciudadanos. Cosillas. 
Ese pacto con Ciudadanos que también había empezado.... En el sur. ¡Ay mi sur! 

Y de repente, Booom. Mi PSOE ya no era mi PSOE. Mi Secretario General al que yo voté era apartado de forma abrupta por una élite de barones amparados y azuzados por el emperador Felipe González. 

Como buen militante, me pego al televisor para informarme de lo que ocurre y veo desfilar a periodistas pidiendo la cabeza de Sánchez. Periodistas muy socialistas como Francisco Marhuenda, como Isabel Durán, ¿Inda?, he dicho periodistas. 
Ahora toda la derecha mediática de este país se decía preocupada por el pobre PSOE. Toda esa maquinaria que ataca y ataca al PSOE día sí y día también, ahora se preocupaban por el PSOE y pedían la dimisión de Sánchez. 

Y yo, que soy muy cortito, pienso que si los de derecha no quieren a Sánchez.... Yo tengo que quererlo. 

Me voy a Ferraz, pancarta en mano y veo llegar a un militante de Alianza Popular, ah no, disculpen es Guillermo Fernández Vara, un gran sociali.. (se pilla la ironía ¿no?) y grito, y le increpo, y le pido que respete la voz de la militancia. 

Y de golpe ya no soy socialista, porque lo dice Antonio Miguel Carmona. Nos dice que los que gritemos e insultemos a compañeros no somos socialistas.
Señor Carmona, le estoy gritando a un ex militante de Alianza Popular ¿qué compañero ni ocho cuartos? 

Pues nada, golpe consumado, el candidato que yo voté, dimite. 

Y a mí nadie me ha preguntado si quiero que dimita, ni a quien quiero para sustituirlo. 

Y dicen que se abstendrán con Rajoy, pero yo, que como dije, soy cortito, le digo a una señora que me pregunta que eso antes lo consultarán. Que si nos consultaron el pacto con Ciudadanos, esto también lo harán. 

Hasta que... 


El PSOE ya no es mío.
El PSOE ya no es nuestro.

.......................



Tranquilos, esto solo era un ejercicio de imaginación. Yo no soy del PSOE. Porque los que lo son, no pueden sentirse engañados ahora. No, cuando su partido pactó con la derecha de Ciudadanos dos veces, en Andalucía y en España. No, cuando Felipe González sigue siendo voz autorizada, ni cuando cambiaron la Constitución para pagar a Alemania la deuda con billetes de lágrimas de desahuciados españoles. 


Por eso no soy del PSOE, y si alguna vez lo hubiera sido, hace tres vidas que habría salido corriendo. 

Pero si soy del sur. El sur de Felipe González y Susana Diaz. 

¡Ay mi sur! 

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